
Como todavía nos quedan grabaciones pendientes, y echar de nuevo a correr tras el letargo no es tarea sencilla, he tenido que tirar del cargador de pilas, a nivel simbólico, claro. La energía de las pilas no es la misma que cuando las compré, pero todavía nos sirven. Ya queda poco para la meta.
Mañana grabamos en el Hotel Abba, en Huesca. De nuevo, un ejemplo de amabilidad.
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